Empezando por el último de los ejercicios de clase hasta la pintura previa al curso propiamente dicho, podemos ver un recorrido irregular, donde aparecen distintas formas de enfrentarse al lienzo, pero siempre desde la técnica acrílica empleada de forma directa, casi evitando las veladuras.
Vemos como todo empezaba con un pintura mucho mas liviana, menos expresiva, a grandes pinceladas que poco a poco se vana encogiendo hasta adquirir un carácter casi puntillista de una fuerza expresiva mucho mayor. Y digo "casi" puntillista porque intento huir de la estaticidad propia de esta técnica, llevando cada pequeña mancha de pintura a una dirección, ganando así un dinamismo mucho mas propio de expresionismo, aunque claro esta, sin llegar a éste. Además, otra clara diferencia con el puntillismo es que el color no se mezpla ne le ojo, si no que se da directamente en el lienzo, un método mas expresivo que científico.
Ya en la última obra se ve un desarrollo de estos ejercicios anteriores hacia la experimentación con textura, convirtiendo cada pequeña raya anterior en una mancha cargada de materia, que desgraciadamente la pintura acrílica no permitía enfatizar demasiado.
Al fin y al cabo, estos ejercicios me han supuesto un enorme desarrollo tanto en uso del color como en el tratamiento de la pintura, explorando campos que hasta ahora no me había atrevido a manejar.
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